Hoy le toca el turno a una palabra que pasó de ser el nombre de una marca registrada a un sustantivo común: breathalyzer -en inglés británico, se escribiría con ese en vez de zeta, breathalyser– y que no es otra cosa que el temido alcoholímetro. La palabra está formada por la unión entre las palabras breathe y analyzer, puesto que se trata de un aparato con el que, al soplar -como diríamos en español, si bien, en inglés usan el verbo respirar, to breathe into-, se determina el nivel alcohol en sangre mediante la prueba de alcoholemia (breath test, breathalyzer test). Coloquialmente, también se le denomina drunkometer, que vendría a ser algo así como «borrachómetro», que no me digáis que no tiene guasa.

Por favor, os pido mucha responsabilidad al volante, para que cuando os toque soplar por el alcoholímetro salga 0,0. 

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Créditos de la foto: www.houstondwiattorney.net 

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