Hace meses que no paso por aquí, y tras unas semanas de largo debate con colegas sobre la invasión de las IAs tanto en el terreno de la traducción como en el de la locución, estoy saboreando —mientras me lo permitan— el placer de usar mi mente humana para analizar en contexto los diálogos que debo traducir y afrontar los retos que se me puedan plantear en la búsqueda de unos diálogos naturales y lo más fieles al original. Por suerte (me tranquilizo a mí misma), creo que la traducción más creativa (como la literaria o la audiovisual…) será más difícil que la reemplacen las mentes artificiales… al menos a corto plazo.

Hoy os traigo una de esas palabras polisémicas que me ha salido en una traducción: «groom». La frase no tenía mucho contexto, así que podía ser tanto «novio» como «mozo de cuadra». Me he sonreído al pensar en qué habría hecho la maquinita —no me resistí a comprobarlo y spoiler: ¡metió la gamba!—, así que confío en que siga equivocándose y aprendiendo lentamente, para que aún sigamos siendo los traductores y las traductoras quienes riamos los últimos.

MBJ

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